Epilepsia: sus causas y qué hacer en caso de convulsiones
Definición de epilepsia
Este trastorno cerebral crónico afecta a personas de todo el mundo. Se caracteriza por convulsiones de episodios breves con movimientos involuntarios que afectan ciertas partes del cuerpo, convulsiones parciales, o en su totalidad, convulsiones generalizadas, que en ciertos casos son acompañadas de pérdida del conocimiento y control de esfínteres.
¿Cómo distinguir un ataque de epilepsia?
Las características de los ataques son variables y dependen de la zona del cerebro en la que empieza el trastorno, así como de su propagación. Pueden producirse síntomas transitorios, como ausencias o pérdidas de conocimiento, y trastornos del movimiento, de los sentidos (en particular la visión, la audición y el gusto), del humor o de otras funciones cognitivas.
En la mayoría de los casos, una persona con epilepsia tiende a tener el mismo tipo de convulsión cada vez, por lo que los síntomas serán similares de episodio a episodio. Los médicos generalmente clasifican las convulsiones como focales o generalizadas, basadas en cómo comienza la actividad anormal del cerebro.
Factores de riesgo
Ciertos factores pueden aumentar su riesgo de epilepsia.
- Edad: el inicio de la epilepsia es más común durante la primera infancia y después de los 60 años, pero la afección puede ocurrir en cualquier edad
- Historial familiar
- Heridas en la cabeza
- Accidente cerebrovascular y otras enfermedades vasculares
- La demencia puede aumentar el riesgo de epilepsia en los adultos mayores
- Infecciones cerebrales como la meningitis, que causa inflamación en el cerebro o la médula espinal, pueden aumentar su riesgo
- Convulsiones en la infancia
¿Qué causa la epilepsia?
El tipo más frecuente de epilepsia, que afecta a 6 de cada 10 personas, es la epilepsia idiopática, es decir, la que no tiene una causa identificable. La epilepsia con causas conocidas se denomina epilepsia secundaria o sintomática. Dichas causas pueden consistir en:
- Anomalías congénitas y lesiones perinatales
- Tumores y otras lesiones ocupantes de espacio
- Trastornos degenerativos: la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos degenerativos también son causa de convulsiones
- Enfermedades infecciosas: deben considerarse en todos los grupos de edad como causas potencialmente reversibles de las convulsiones
Tratamiento contra la epilepsia
En la mayoría de los pacientes con convulsiones de un solo tipo, se puede lograr un control satisfactorio con fármacos anticonvulsivos. El tratamiento con dos o más fármacos puede reducir aún más la frecuencia o gravedad de las convulsiones, pero usualmente sólo a costa de una mayor toxicidad.
La electroencefalografía (EEG) puede apoyar el diagnóstico clínico de la epilepsia, proporcionando una guía para el pronóstico y ayudar a clasificar el trastorno convulsivo. La clasificación del trastorno es importante para determinar el fármaco anticonvulsivo más apropiado con el que comenzar el tratamiento. En pacientes con epilepsia, el tratamiento con fármacos se prescribe con el objetivo de prevenir nuevos ataques y generalmente se continúa hasta que no haya ataques durante al menos 2 años.