Las lesiones o enfermedades de la rodilla pueden impedir un óptimo desempeño en sus actividades del día a día. En ocasiones, realizar cosas tan sencillas como sentarse, caminar o ponerse de pie puede producir molestia. Para combatir este dolor, su médico puede recomendar una cirugía de rodilla. Un procedimiento eficaz que se basa en devolver esa movilidad y salud a una de las partes más importantes de nuestro esqueleto.
¿Cuándo es necesaria una Cirugía de Rodilla?
Este método quirúrgico artroscópico puede requerirse para problemas como inflamaciones, lesiones, o para reparar tejidos y cartílagos dañados. Es también utilizada para tomar muestras, biopsias, que pueden ser útiles para diagnosticar otro tipo de incógnitas.
La operación usualmente es realizada de manera ambulatoria y bajo anestesia general, lo cual quiere decir que el paciente está dormido durante el tiempo que dura la cirugía. Existe la alternativa de realizarlo mediante anestesia local o regional. Esto bloquea completamente el dolor del área, aún cuando el paciente está despierto.
¿Existen riesgos?
Esta cirugía es comúnmente realizada y es totalmente segura. Sin embargo, para tomar una decisión acertada, es necesario ser consciente de los posibles efectos y riesgos de complicaciones que conlleva este procedimiento. Normalmente estos efectos son leves y temporales:
Sensación de mareos y nauseas como resultado de la anestesia.
Pequeñas cicatrices alrededor de la rodilla por las incisiones realizadas.
Como en todos los procedimientos quirúrgicos, existe la posibilidad que surjan complicaciones durante o después:
Daño accidental dentro de la articulación de la rodilla.
Infecciones.
Pérdida de sensación en la piel de la zona.
Sangrado interno.
Sin embargo es recomendable que si usted presenta algún síntoma, dolor o malestar, es importante que un especialista en ortopedia lo valore y revise el estado de su rodilla cuidadosamente antes de proceder a una cirugía.