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Medicina Antiedad

Medicina Antiedad

Las técnicas relacionadas con los procedimientos de medicina antiedad se han desarrollado a un paso agigantado durante la última década. Mujeres y hombres acuden a clínicas y hospitales para recibir tratamientos diseñados en restaurar una apariencia juvenil que los hará verse bien por fuera y sentirse aún mejor por dentro. 

La nueva generación de técnicas antiedad son más seguras, fáciles y requieren menos tiempo de recuperación. El único problema es que existen una amplia gama de opciones—desde inyectables hasta procedimientos láser—, y puede ser complicado conocer cuál es la que le brindará más beneficios.

¿Qué es la Medicina Antiedad?

Esta medicina se trata de métodos innovadores para detener el proceso de envejecimiento, ganar salud y belleza. Consiste de tratamientos personalizados, para que cada individuo mantenga sus facciones y funciones en plenitud y equilibrio. Se dedica al estudio, la prevención y al tratamiento de marcadores biológicos que se van deteriorando con la edad y que en definitiva, nos envejecen. 

Científicos y profesionales demuestran que las enfermedades de la vejez, son en su mayoría trastornos o desórdenes de procesos metabólicos. Al reparar la fisiología de la célula que envejece, el cuerpo comienza a actuar y a funcionar de forma mucho más juvenil y a un nivel más saludable. Logrando de esta manera revertir el proceso de envejecimiento. 

Beneficios

Los procedimientos anti-aging tienen por objetivo frenar, minimizar y, en algunos casos, revertir el proceso de envejecimiento. Se trabaja con un enfoque integral que preserva la calidad de vida y consigue que las personas que se someten a ellos se mantengan en un estado saludable y activo. 

Estos tratamientos otorgan una mejor perspectiva de vida, con menos estrés y una actitud más positiva. Algunos de sus beneficios son:

  • Aumentar la vitalidad
  • Rejuvenecer la piel
  • Fortalecer el cabello y uñas
  • Tonificar la masa muscular
  • Mejorar la postura
  • Potenciar la energía
  • Recuperar el atractivo propio
  • Mejorar el aspecto físico de una persona

¿Cuáles son los procedimientos más comunes de la medicina anti-aging?

Los procedimientos antienvejecimiento utilizan avances tecnológicos, médicos y científicos para detectar, prevenir y curar los padecimientos relacionados con la edad. Algunos de los más comunes son:

  • Plasma Enriquecido en Plaquetas: Innovador tratamiento que se enfoca en el rejuvenecimiento facial mediante la infiltración de plasma del propio paciente. Esto logra estimular, potenciar y acelerar la regeneración de la piel de forma sencilla y efectiva.
  • Botox: Es la aplicación de inyecciones en pequeñas dosis controladas que brindan luz y apariencia más joven y fresca a la piel. Es un tratamiento indoloro que atenúa las arrugas y líneas de expresión. Muy común en el área del entrecejo, frente, comisura de los labios y contorno de ojos.
  • Mesoterapia: Comúnmente conocido como “vitaminas inyectables”, son una solución estética que rehidrata y revitaliza la piel de manera profunda. Actúa sobre la deshidratación, fotoenvejecimiento, oxidación y flacidez. Proporciona resultados eficaces y produce efecto de lifting inmediato.
  • Rellenos Faciales: Los rellenos faciales son inyectables que alisan arrugas, proporcionan elasticidad y luz a la piel, definen y reposicionan las facciones. Son un procedimiento temporal que ayudan a acentuar las características del rostro, añadiendo volumen y reduciendo arrugas.

¿Soy candidato a los procedimientos de medicina antiedad?

Cada paciente y situación son distintas, por lo cual estos métodos deben ser individualizados dependiendo la edad, hábitos, objetivos y expectativas. 

Sin embargo se recomienda que:

  • Mantenga un peso saludable.
  • Sea activo.
  • Integre a su dieta alimentos nutritivos.
  • No fume.

¿Existen riesgos o complicaciones?

Aunque la mayoría de los tratamientos antienvejecimiento proporcionan un resultado eficaz, se pueden presentar algunos inconvenientes. Ciertos pacientes experimentan efectos adversos como dolor, hinchazón, hematomas, recuperación deficiente y sensibilidad en la piel. Al igual, si el procedimiento requiere de anestesia, existe el riesgo de una reacción alérgica.