Cada año a nivel mundial, existen 500,000 nuevos casos por este tumor.

Lo que debes saber sobre el Cáncer de Cuello Uterino

Cada año a nivel mundial, existen 500,000 nuevos casos por este tumor. Dato que dimensiona la magnitud de lo que significa padecer cáncer de cuello uterino. Y que lamentablemente provoca más de 270,000 muertes al año.

A pesar de esto, la mortalidad por cáncer de cuello uterino ha disminuido considerablemente durante los últimos cuarenta años. Esto se debe en parte al notorio avance que ha tenido la medicina y la tecnología en el monitoreo exacto mediante la prueba de Papanicolau.

¿Cómo se desarrolla este cáncer?

El cáncer de cuello uterino se origina en los dos tipos de células importantes que revisten el cuello del útero. Estas son: las células escamosas (en el exocérvix) y las células glandulares (en el endocérvix). El punto en el que estas células se encuentran se llama unión escamocolumnar. Aquí es donde se desarrollan la mayoría de los cánceres de cuello uterino.

Sin embargo, estas células no se tornan en cáncer de repente, sino que se transforman gradualmente en cambios precancerosos, los cuales posteriormente se convierten en cáncer.

Existen dos tipos principales de cáncer de cuello uterino: el carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma. Aproximadamente un 80% a 90% de los cánceres de cuello uterino son carcinoma de células escamosas. Este tipo de cáncer se origina en las células de la superficie exterior que recubre el cuello uterino.

El otro por ciento restante, entre 10 y 20, constituyen a el adenocarcinoma. Este se origina de las células glandulares que recubren la parte baja del canal de parto y son productoras de mucosidad del endocérvix. Este tipo de cáncer aumentó su frecuencia en los últimos 20 a 30 años.

Aunque los cánceres de cuello uterino se originan de células con cambios precancerosos, sólo algunas de las mujeres con precáncer de cuello uterino padecerán cáncer.

El cambio de precáncer a cáncer usualmente toma varios años, aunque puede ocurrir en menos de un año. En algunas mujeres, las células precancerosas pueden permanecer sin ningún cambio o incluso desaparecer sin tratamiento alguno. Aún así, en algunas mujeres el precáncer se convierte en cáncer invasivo. El tratamiento de todos los pre cánceres puede prevenir casi todos lo cánceres reales.

Signos y Síntomas

Una de las mayores desventajas en las mujeres con cánceres de cuello uterino es que en etapas tempranas usualmente no presentan síntomas y estos comienzan hasta que un precáncer se torna en un cáncer invasivo y crece hacia el tejido adyacente. Cuando esto ocurre, los síntomas más comunes son:

  • Sangrado vaginal después de haber tenido relaciones sexuales.
  • Sangrado intermenstrual (entre períodos menstruales).
  • Secreción vaginal inusual.
  • Dolor durante las relaciones sexuales.
  • Dolor de espalda, piernas o pelvis.
  • Cansancio, pérdida de peso y de apetito.
  • Hinchazón en una sola pierna.

La relación entre el VPH y el Cáncer de Cuello Uterino

En la década de los ochentas se descubrió que el Virus del Papiloma Humano (VPH) se encontraba en la raíz de este cáncer. Siendo que la mayoría de los casos de cáncer del cuello uterino son provocados por una infección de VPH persistente y de alto riesgo. Siendo los tipos 16 y 18 los que desencadenan más del 70 por ciento de los casos.

El VPH es un virus extremadamente común que se contagia mediante contacto íntimo, incluyendo—pero no limitado—a las relaciones sexuales. Aunque la mayoría de las mujeres que no estén vacunadas adquirirán una infección de VPH por vía sexual, el sistema inmunológico de la mayoría de ellas detendrá la infección y evitará que se presenten efectos adversos de cáncer. A pesar de que, si el VPH persiste, puede causar cambios en las células cervicales que podrían llevar a displasia (células anormales) y posteriormente al cáncer.

Aunque ser un agente positivo de VPH no significa tener cáncer, ni tampoco la progresión automática hacia este mal. Lo que sí, es que este factor que sumado con las respuestas a él de cada persona y una falta de control, puede llevar a dificultades.

La vacuna contra el VPH es segura y efectiva en la prevención de cáncer del cuello uterino.

Desde su presentación al mercado, hace 10 años, la vacuna contra el VPH ha provocado muchas controversias. Si bien, muchos estudios han demostrado la seguridad de la misma.

De acuerdo con el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), se indica que deben administrarse dos dosis a todos los niños de 11 a 12 años. Y tres dosis a aquellos de 15 a 26. Idealmente, esto aplicaría tanto para hombres como para mujeres. Ya que aunque los primeros no pueden adquirir cáncer del cuello uterino, sí pueden contagiar el VPH a las mujeres.

La vacuna previene contra nueve tipos de virus de VPH, que representan hasta el 90 por ciento de los casos de cáncer del cuello uterino. No obstante, como la vacuna está aprobada únicamente para personas menores de 26 años, la segunda defensa sigue siendo el Papanicolau.

Referente a esto, el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos sugiere lo siguiente:

  • No realizar Papanicolaus en menores de 21 años.
  • Hacer un examen cada tres años para mujeres de 21 a 29 años.
  • Uno cada cinco años para mujeres de 30 a 65 años.

Toda mujer mayor de 25 años debe someterse de manera regular a pruebas y exámenes para descartar cualquier tipo de alteración sospechosa sobre esta enfermedad.

La mayoría de los esfuerzos por combatir el cáncer del cuello uterino se enfocan en el monitoreo. Ya que es una enfermedad fácil de prevenir. Pero una vez que los síntomas aparecen, suele deberse a que ya es muy tarde. Acude a tu médico y comienza tu tratamiento preventivo, estás a tiempo.